POR EL BELLO JARDIN DE TUS LUNARES
Por ardiente deseo sacudido
pudo advertir mi codicioso anhelo
un precioso lunar de terciopelo
en tus pequeños senos escondido.
Después..., enamorado y abstraído
pensé que un astro del lejano cielo
bajó hasta ti con fulgurante vuelo
y entre tus senos se quedó dormido.
Te desnudó mi pensamiento entonces
para admirar tu cuerpo hecho de bronce
de bellezas, de ritmos y cantares....
Y embriagado de todos los excesos
te fué dejando sus ardientes besos
por el bello jardín de tus lunares.
Cmte. Manasés E. Capriles
1946